Quizá no haya cosa más fascinante para el mexicano que la celebración de la muerte. En este país, la calaca ha campeado desde hace siglos, entre lo vernáculo de las culturas antiguas y el terror de la modernidad inconclusa. Pero, además, sublimar la muerte a través de su celebración nos permite una figura fascinante: en México hasta los niños conviven alegremente con sus pares fallecidos, con ofrendas y dulces calaveritas.
Israel Barrón (Pachuca, 1974) es el ilustrador de esta mística. De formación plástica y radicado en Xalapa desde hace 26 años, Barrón se ha dedicado a ilustrar gran parte de la imaginería fantástica popular del país, para libros y textos de literatura infantil de escritores como Judy Goldman, Norma Muñoz Ledo, Octavio Paz, Ricardo Chávez Castañeda, Antonio Orlando Rodríguez y Fabio Morábito. En 2017, por su arte en Bestiario de seres fantásticos (FCE), fue distinguido con la Placa de Oro de la Bienal de Ilustración de Bratislava, premio que sólo tres mexicanos han recibido en cincuenta años.
“Mi trabajo es lúdico y tiene influencias tanto de pintores, ilustradores como del arte popular. Tengo una preocupación por lo formal. Técnicamente busco que la ilustración esté resuelta lo mejor posible tanto en la paleta de color como en la composición… Conservo lo académico que me formó en mi educación universitaria: siendo yo un pintor, aplico las reglas que utilizo para mi obra personal la cual va dirigida al medio del arte de las galerías”, explica en una charla de la Sociedad de Escritores e Ilustradores de Libros Infantiles.
Hace tres años, cuando me enteré que había recibido la Placa de Oro, escribí por Messenger a Israel para pedirle una entrevista. Me contestó pero nunca la concretamos. Un par de días atrás en esta pandemia, le dije por Instagram que nos compartiera algunas de sus creaciones alusivas para este Día de Muertos en CONTAGIO. Y nos dio libertad para presentarla con nuestras palabras. La realidad es que el trabajo de este artista de la pequeña muerte ilustrada habla por sí solo:
Panamericana Editorial