México es el país de las Vestidas. Desviados, perversos, sodomitas, mujercitos, libertinos, travelos, desde antaño nuestra cultura ha sido penetrada por estos seres que habitan en los márgenes noctámbulos. La historia cuenta que en 1657 Juan Galindo de La Vega, un “mulato afeminado” que se hacía llamar Cotita de la Encarnación, fue detenido y torturado en la Ciudad de México colonial, por exhibirse con la cintura ajustada, pañuelos en la cabeza, listones en las mangas de su blusa y por sentarse “como una mujer” (además de hacer tortillas, lavar y cocinar). Cotita no sólo era una Vestida, sino que tenía sexo con hombres bajo sauzales o en su casa. Y fue quemado en la hoguera. En 1901, en pleno Porfiriato, una redada policíaca en una fiesta de la colonia Tabacalera terminó en la detención de 41 hombres. Algunos portaban vestidos, y serían conocidos como los “perversos” de “El Baile de los 41”.
En la rueda que mueve al mundo moderno, hoy las Vestidas son pop. O cumbia. O rock. Tocan y cantan; se dan un pase, se toman una cuba, o varias. Son cachondas. Son estrellas. Son Yuri, son Amanda Miguel, son Gloria Trevi, son broncas y dulces. Ñerazas y mamonas. Así me las he encontrado durante mi carrera como fotógrafo, en la noche salvaje de la Ciudad de México. En ese torbellino, las Vestidas siempre han sido las cancerberas de la lujuria, del entretenimiento y de la caída de la moneda en el volado de la vida. Va un homenaje a estas cantantes de silicona, lipstick y grandes éxitos en español.
Rocío Banquells
Yuri
Edith Márquez
Amanda Miguel
Guadalupe Pineda
Gloria Trevi

Jenni Rivera
